lunes, 18 de marzo de 2013

Más allá de la superficie (Mi definición de terruño)


 

En los últimos días sigo pensando sobre el terruño o más específicamente en la definición de terruño. En numerosas acepciones se dice que es la interacción del clima-suelo con el hombre incluido dentro de este sistema.  En muchos casos solo habla del suelo como factor fundamental o el clima. El hombre queda relegado y a veces no se entiende el por qué se incorpora a esta definición.
Según voy entendiendo con el tiempo comienzo a pensar que en realidad la parte fundamental de lo que denominamos terruño es el hombre.  En Mendoza, donde vivo y salvo alguna situación realmente extraña (¿Tsunami? La provincia se hunde y desaparece. Soy desterrado) creo moriré acá. El hombre es parte fundamental o el basamento de la existencia de cualquier cultivo; de otra forma seguiríamos siendo un gran desierto, donde solo existiría vida a las orillas de los cauces naturales.
Los Huarpes, antiguos habitantes de Cuyo, de los cuales se tiene registros prehispánicos y fueron parte del dominio Inca, entendieron que para desarrollarse necesitaban encauzar el agua y usarla eficientemente para el riego, en las zonas cercanas a la actual ciudad utilizaban derivados realizados por ellos del denominado canal Cacique Guaymallen  (zanjón para los cuyanos). De esta forma lograron cultivar y subsistir en estos inhóspitos lugares. La red armada por los huarpes es gran parte de la red hidrológica desarrollada en nuestros días.
Por otro lado, los primeros registros de cultivo de vid son confusos. Sin embargo, diremos que como mínimo en Argentina datan de 1556. El sacerdote Juan Cedrón cultiva en Santiago del Estero plantas de Moscatel y uvas del país para poder utilizarlo en las misas. Así se desarrollo la vitivinicultura hasta la llegada de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, donde se conocen los primeros vinos varietales vinificados denominados europeos. Seguramente el Malbec estaba entre ellas. Hablamos de los años 1860 a 1870.
¿A que viene esto? Básicamente cuando cultivamos un viñedo producimos cambios drásticos y casi irreversibles. Cuando decimos: "Acá vamos a plantar un viñedo", se engloba una gran cantidad de sucesos que cambiaran para siempre ese lugar. En primer término, desmontamos y erradicamos gran cantidad de especies establecidas, además de mover la fauna del lugar. Armamos redes hídricas para el riego.
Intervenimos de tal modo que cambiamos el paisaje, las plantas y los animales.
Regreso al comienzo. ¿Cuánto pesa el hombre en la definición de terruño en la vitivinicultura? Yo diría el 90 por ciento o más. Es tan influyente que logra cambiar el comportamiento de la vid, originalmente una liana, y la obliga a vegetar 6 meses y dormir otros seis.
Todo cambia by Mercedes Sosa on Grooveshark
Es así, que cuando hablamos de terruño en realidad hablamos de cómo una determinada cultura del hombre va transformando un lugar, utilizando los recursos climáticos y el suelo y no al revés. Esta definición de terruño, estoy seguro será extendida en el futuro cuando logremos sincerarnos acerca de que el vino existe porque el hombre existe. Y eso es lo más natural que tiene esta bebida utilizada para abrir los corazones y aflojar las penas.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Vigil x Vigil. Un autodefinido


Como persona me defino como... 
Un hombre de Mendoza que intenta todos los días de su vida ser buena persona y producir placer en la mayor cantidad de gente con el trabajo que me toca hacer.

Ser creador de vinos es ser...
Es intentar reflejar una cultura que lleva ciento de años de historia poniendo el amor y la dedicación que se merece la transcripción de estas huellas encriptadas en la uva y en cada zona

Mis valores y principios al hacer un vino son...
Amor, pasión y trabajo. Además, respetar y tener la humildad de entender que uno es un pequeño eslabón de millones de pasos que tienen como consecuencia que un vino llegue a una góndola y sea bebido por alguien. Es básicamente entender el mundo del vino como un suceso de innumerables milagros que, en definitiva, deberían producir placer.

Antes de elaborar un vino me inspiro en...
Es difícil pensar en una sola cosa que me inspire pero creo que al final tiene que ver más con lo intuitivo. Pero si tuviera que ponerle un nombre a la musa, sin duda es la literatura, especialmente latinoamericana. También la música y la vida en sí.

La literatura en mi vida es...
Es una fuente de conocimiento que me permitió entender la importancia de la diversidad y comprender que existe una enorme cantidad de caminos para lograr el amor a la vida. En mi caso en particular, la vida pasa por la cultura del vino y lo que me hace levantarme todas las mañanas intentando hacer un mundo mejor.

El secreto de todo gran vino es...
La historia que tiene detrás de cada trazo en la boca, cada sensación en la nariz... Tiene que estar creado en base a la diversidad de cada terruño, de cada uva y dejar la marca del hombre que le imprime un carácter como parte de un proceso de creatividad y amor. Obviamente todo basado en argumentos científicos y tangibles.
Mi objetivo en este camino como enólogo es...
Intentar terminar produciendo vino con los mismos sentimientos de mi infancia, libre de todo prejuicio y paradigma impuesto como base de sustento de una imagen. Creo que la infancia tiene el don de la inocencia, el respeto y la comprensión de cosas que con la edad vamos perdiendo... Espero poder volver a ese disfrute permanente de trabajo y juego.

El mayor desafío que enfrento día a día...
Es sin lugar a duda entender que nosotros (los enólogos) somos parte de una actividad que cambia después de una enorme cantidad de tiempo y que sólo estamos de paso. Somos un grano de arena que involucra miles de voluntades en torno al aprendizaje de la humanidad a través del vino. Nuestro trabajo perdurará en el anonimato como las miles de almas y héroes anónimos de este hermoso trabajo.

Uno de los sueños que me falta cumplir es...
Reincorporar la cultura del vino a las mesas familiares como parte esencial de la alimentación. Reencontrar esos caminos perdidos. En lo personal dedicarme a la escritura de cuentos, pasar más tiempo viendo crecer los árboles y mis retoños... Involucrarme más en la naturaleza y el silencio.

Algo que siempre trato de enseñarle a mi hijo es...
Que no tengan miedo ante las cosas. Lo peor que puede pasar es tener que recomenzar y eso da miles de oportunidades para vivir cosas nuevas y aprender

El mayor legado que quiero dejarle a la vitivinicultura argentina es...
Mi pequeño aporte es dejar un mínimo interés y respeto a diversidad, mis humildes aportes a la caracterización de zonas pero básicamente y resumiendo voy a dejar vino, que espero lo disfruten en los próximos 50 o 60 años; vinos que están hechos con pasión, respeto, amor y, en muchos casos, coraje.

Fuente: www.iprofesional.com/