Cosecha terminada
Carta abierta a mis afectos
Tengo destellos de recuerdos, destellos, pero que invaden las sensaciones. Los aromas de la mañana cuando se prendía la estufa con los sarmientos de la poda, las salsas de mi abuela al cocinar los ñoquis, los asados, el vino, el amor de casa, los aromas paternos, el confort del abrazo. Pasan los años y esas sensaciones se impregnan casi en la genética, y si tenemos suerte podemos trasmitirlo a nuestros hijos. Son cosas que no se pierden, sensaciones tangibles e intangibles que sobrevuelan el alma y aprietan el corazón.
Hace unos meses caminaba por un viñedo y algunos recuerdos que evidentemente estaban encriptados en mi ADN salieron; sensaciones que perdí por un tiempo. Como una amnesia temporal.
Mientras mis pies pisaban las hierbas, las piedras y el suelo, los dedos se se entremezclaban, más bien se fundían, volví a sentir ese aroa a tierra húmeda, a montaña, la jarilla, los brotes de la vid, que al rozarlos erizaban mis pelos, el frío del rocío mojaba mi piel, los teros en sinfonía, la uva intacta, inmóvil pero mostrando su color, el sol picando en la piel. Me llevó muchos años atrás, muchos caminos, muchos mundos en uno solo.
Llegué a casa y esos inseparables momentos preparan el asado y el vino vuelve a tener sentido. Te mirás a los ojos y sabés donde querés estar, que querés hacer, la tierra para mi cuerpo se mueve y el sonido y aroma cuando cae el vino en la copa nublan mi vista. Dos segundos después siento a María, que me habla, casi susurra y me dice que me ama, mientras mis niños corren afuera. Es una constelación perfecta, un momento único, ese sabor que está en la boca.
Siempre sentí que podía cambiar el mundo haciendo vino. Entrás en éxtasis y puede perderse cuanto el vino puede cambiar nuestro espíritu. Disfrutar de las caricias en el paladar, abrir el corazón, unir y olvidar la desazón.
La raíz de nuestro amor siempre es el recuerdos, cosas a rememorar que nos invaden y nos hacen volver a nuestros placeres iniciales, cuando hacer vino era un juego, cuando hacer vino nos dejaba desnudos frente al otro, libres, la belleza de lo eterno y etéreo, la belleza de dolor con una razón.
Compromiso con el amor
Mi vida de Cosecha - vida eterna
domingo, 19 de abril de 2020
lunes, 19 de junio de 2017
Malbec la cara moderna del Pinot?
Hace un tiempo exploro
la coincidencia de los Malbec con los pinot noir. La cosecha 2016 casi que me
convence totalmente . La aparición de frutas rojas tan expresivas , tan
impactante como intensas , sin tener que recurrir a la mórbida y caliente
jaleas y mermeladas . Ayer mientras
probaba Malbec 2017 especialmente de las zonas como El Cepillo o Gualtallary de
suelos ricos en calcáreos me convencí que realmente existe una relación profunda
entre estos dos varietales.
Ahí recordé en el 2003
realizamos las primeras vinificaciones de Malbec con un porcentaje de racimo
entero, para ponerlo en contexto por entonces la idea en la recepción tenia
como particularidad la pulcritud extrema de las partes verdes, bueno hoy algunos
siguen sosteniendo esa teoría. Para ello teníamos ejércitos de personas sobre
mesas que vibraban separando partes verdes que podía dejar nuestras modernas
despalilladoras .
Este Malbec cosechado
verde en ese contexto salió con una intensidad aromática inusitada y sobre todo
un aroma tremendo a frutillas.
Recordé las palabras de
un gran productor de Borgoña, donde describía al Pinot como un flan que
necesitaba de alguna forma encontrar una columna vertebral que sostuviera sus
frutas rojas. De ahí que se vinificaba el pinot noir con un porcentaje o su
totalidad con racimo entero.
La ventaja de comenzar
la vinificación con racimo entero para mi es la aparición de maceraciones carbónicas
que benefician fuertemente la idea de la fruta roja, luego con una fermentación
tradicional que asegure la extracción de taninos por medio del alcohol . Si
bien hoy también me da ganas de terminar las fermentaciones como blancos , ose
sin hollejo ni raspón es otro capitulo aparte.
Pero mi visión es que nuestros
Malbec cosechados tempranamente, fermentados con raquis y descubados rápidamente, logramos esos aromas y estructuras parecidas o construidas por esa acidez tan típica
a un Pinot y sus frutas rojas de zonas frías al igual que el Malbec.
miércoles, 17 de agosto de 2016
Poda en Viñedo. Alejandro explica el sistema Guyot
El viticultor e ingeniero agrónomo de Chachingo, Alejandro Vigil, explica, en esta oportunidad como se puede realizar la poda en viñedo con el sistema de cargador Guyot. Una forma simple y sencilla de aprender.
viernes, 29 de julio de 2016
Alejandro Vigil. Perfil de suelo en Chachingo, Maipú
El viticultor Alejandro Vigil te muestra los orígenes de las tierras de una zona histórica de Mendoza. Allí, en Chachingo, Maipú se encuentra La Casa de Vigil, su emprendimiento enogastronómico. El "Ale" se instala en el subsuelo.
miércoles, 27 de julio de 2016
Cosecha
2016, cuando nada es igual.
Parte
1 , la cosecha fria
Hace
mucho leí una frase de Julio Cortázar que decía algo como: “Yo creo que desde
muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas
como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que
la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo.
Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un
itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me
estrellaba”.
Cuando
comenzó la temporada ya veíamos que tendríamos un año atípico, con ciertas incomodidades,
pronóstico de la Corriente del Niño y problemas coyunturales importantes.
Una
primavera fría. Estamos hablando de que en varias zonas estábamos con 3,5ºC por
debajo de la media, con varios días rozando los 0ºC. La primera consecuencia
fue un corrimiento extraordinario en varias regiones, incluida una helada
importante en Salta que hacía prever que la merma sería importante en el país.
Luego las lluvias, que en 4 meses en algunos casos llegarían a los 800 mm.
Y
la zona este de Mendoza terminó sumamente perjudicada en cantidad y luego en
calidad.
Valle
de Uco tenía un retraso de 24 días promedio debido a las temperaturas. Y esta
situación, en definitiva, se convirtió en nuestra aliada. Este atraso, sumado a
una ventana sin caída de agua de casi 40 días salvó la calidad de la vendimia.
La cantidad ya se había perdido en el Este de Mendoza.
Esta
brecha nos permitió lograr esos vinos de los que venimos hablando los últimos
años, los que tienen bajo alcohol, alta acidez, más livianos, pero con mayor intensidad.
Vinos
que no imaginábamos hacer hace 5 o 6 años, esos vinos que denominamos lineales
o verticales de mineralidad acentuada.
Entonces
recordé que hace unos años podríamos haber dicho que esta vendimia no era buena
o excelente porque no habríamos tenido grandes extractos y los alcoholes no
alcanzarían los 16 grados buscados. Nunca más cierto aquello que preguntarse
cuando me dicen: ¿Qué es calidad o alta calidad en un vino top? En definitiva,
cuestionarnos si lo que nos dicen es así o tal vez, decidimos cambiarlo y
comenzar un itinerario misterioso.
Lo más lindo es que no estaba solo. Hablando con muchos de los amigos vitivinicultores descubrí que pensaron lo mismo.
En la próxima entrada les comento que pasó por zona y varietal.
lunes, 24 de agosto de 2015
Actor por un día
Esta vez Alejandro Vigil participó en el corto de presentación de Casa el Enemigo, su personalísimo proyecto ubicado en la zona de Chachingo, en Maipú, Mendoza, Argentina. El Cielo y El Infierno le dan contexto a sus vinos. La Divina Comedia del Dante escribe el libreto. Pasen y vean el clip realizado por Mimesis Filmworks.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)