
Bajamos con el ala delta al terreno y volvemos a lo nuestro.
Esta infinidad de parcelas dadas por la heterogeneidad enorme de estos suelos
fundamentalmente de origen aluvional y eólico, tienen un mensaje encriptado en
su carpeta arenosa, para eso pergeñamos una idea casi descabellada que era
armar una matriz enorme de vinificaciones , que contuviera las parcelas, sub parcelas.
Tres momentos distintos de cosecha , tres vinificaciones diferentes y barriles
de distintos tostados. Esto podría desagregar una parcela en más de 100 vinos y
¿para qué?. En general, cuando se elabora uvas de una parcela se hace en un
solo momento de cosecha (momento óptimo) , sin diferenciar las sub parcelas
dadas por el tipo de suelo (calcáreo, rocas, arena, limoso, baja profundidad),
dirección y exposición de las hileras.
Tampoco se piensa como fermentar en función de estos suelos y mucho
menos como añejar.
En alusión a esto siempre aparece esa palabra: óptimo.
Cuando pregunto a que le llaman… y…este es el momento óptimo para cosechar. La
respuesta no tarda en llegar. Los taninos están dulces, el hollejo no se seca ,
la semilla esta crocante…¡¡¡la semilla se despega de la pulpa!!!. En el mejor
de los casos y no es criticable, ya que por lo menos tiene un argumento
irrebatible. Tiene 14 grados de alcohol potencial. De ahí mi razonamiento es
que no hay momento óptimo. Hay una serie de momentos que las uvas nos
entregaran distintos perfiles y debemos fermentarlos y añejarlos en función de
eso. De esta forma tendremos una película secuencial de los perfiles aromáticos
y gustativos que puede entregar una zona sin dañar la expresión global en
función de los momentos óptimos de cada persona.
Al final, subí al
mismo cerro de siempre y miré por diferencias de color en el follaje. Todo
seguía igual y quería ver si definíamos
nuevas zonas y que momentos elegiremos para cosechar. La lección es obvia. El
suelo no cambia lo que si cambia es la vista del hombre.
Esto me hace acordar la cita de Mauricio Llaver de Jean
Francois Revel que dice “…la multiplicidad de resultados según los lugares, y
las cepas, los infinitos matices de sus resultados hacen de la vitivinicultura
y de la degustación una partida de ajedrez de infinitas soluciones jamás
agotadas”.
Estamos vendiminado le Sauvignon blanc, antiguamente lo
habría llamado verde muy verde, hoy lo llamo con carácter, una acidez filosa,
pasto mojado, he preparado un tanque especial pàra ello, fermentare a 5 grados
con hollejo , el año pasado creo que fue bien , veremos este .
Las fincas en general están muy bien , la cosecha esta
arrancando fuerte , creo un gran año sobre
todo en las zonas altas y Valle de Uco donde los rendimientos serán bajos
naturalmente, digo buenos en calidad no en cantidad. Tenemos que encontrar el
equilibrio para que el productor siga existiendo y la bodega pueda exportar
pero me parece que no será fácil.
Agrelo tiene una madurez adelantada para el Malbec y estoy
pensando si antes de que termine febrero cosecho los sectores arenosos, no
todo, pero si una parte. Este tipo de cosecha me aporta una especia que solo lo
he sentido en el Rhon.
Ahora, como todos los años, miro al cielo. Recorro los
pronósticos del tiempo cada 10 minutos y maldigo la lluvia, la humedad…. Todos
los años igual. Recuerdo a Sejaniovich diciendo: ¡Es la época de lluvia ¡! No te vuelvas loco!
Pero la verdad, caigo siempre en lo mismo, noches largas sentado en la cama
sintiendo los truenos y con mi mente recorriendo los viñedos. Mirando la uva,
riendo con locas ideas y penando con el agua….
En la semana he recorrido varias degustaciones. Desde el
afamado blend americano “The Prisioner” a hermosos vinos argentinos. Sin
embargo recomiendo, si la oportunidad se
presenta, no dejar de probar Puligny-
Montrachet- Les Referts de Louis Jadot. Las cenas en Mallman de esta semana.
Plato exquisito. Un gazpacho increíble.